Supremo decide se violó ley al pagarle menos a empleada
Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com
El Tribunal Supremo de Puerto Rico determinó en un caso de discrimen por género en su modalidad salarial, en la que se alegaba que la demandante fue despedida y recibía un menor salario que sus compañeros varones.
Ésta es la primera vez que un tribunal en la Isla decide un caso en que uno de los reclamos es la diferencia salarial por género.
La sentencia, escrita por el juez Efraín Rivera Pérez, confirma las sentencias previas emitidas por el Tribunal de Apelaciones y por el de Primera Instancia, pero que fueron apeladas por la parte demandada.
Se trata del caso de Sarah Ramírez Ferrer, quien era gerente de Negocios para el mercado de “grocery” en Conagra, responsable de generar unos $30 millones en ventas anuales. Esa cifra es el equivalente al 50% de los ingresos que produce la empresa en Puerto Rico. Los otros dos gerentes de Negocios en Conagra eran varones y se dividían el restante 50% del mercado, uno manejaba el mercado de refrigerados que genera el 30% de las ventas, y el otro dirigía el de “snacks”, que produce el 20%.Ramírez Ferrer fue despedida por el gerente general Carlos Delpín el 20 de junio de 2004, debido a que “en el nuevo modelo del negocio no contaban con una posición para ofrecerle”. Pero en el Tribunal de Primera Instancia se probó que no hubo tal cambio en el modelo de negocios de Conagra. No obstante, se evidenció que la demandante recibía un trato desigual al que recibían sus colegas varones, por su negativa de compartir hasta altas horas en actividades sociales y ajenas al trabajo. Sus compañeros, según la demanda, la apodaban la “titi”, lo que la hacía sentir “fuera de grupo”.
A Ramírez Ferrer la sustituyó otro varón, quien empezó ganando un salario $15,000 más alto que el que ella devengaba al ser despedida. Esto pese a que en sus evaluaciones, ella recibió reconocimientos en dos ocasiones e incentivos monetarios, y no había en su expediente ninguna amonestación.
Frank Zorrilla, abogado de la demandante, dijo a El Nuevo Día que el Tribunal “hizo justicia en un asunto que está en controversia desde la entrada de la mujer al centro de trabajo”.
El juez Pérez Rivera concluyó que en los dos foros anteriores se demostró que la demandante fue discriminada por razón de sexo en relación a su salario y posterior despido. “No sólo el discrimen por sexo conllevó al despido de la demandante, sino que también determinó su salario”, lee la sentencia.
“El foro primario encontró después de analizar directamente toda la prueba que la demandante a pesar de ser la gerente más productiva y con mayor responsabilidad en la empresa, no recibía el salario correspondiente a su desempeño por razón de su sexo”.
Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com
El Tribunal Supremo de Puerto Rico determinó en un caso de discrimen por género en su modalidad salarial, en la que se alegaba que la demandante fue despedida y recibía un menor salario que sus compañeros varones.
Ésta es la primera vez que un tribunal en la Isla decide un caso en que uno de los reclamos es la diferencia salarial por género.
La sentencia, escrita por el juez Efraín Rivera Pérez, confirma las sentencias previas emitidas por el Tribunal de Apelaciones y por el de Primera Instancia, pero que fueron apeladas por la parte demandada.
Se trata del caso de Sarah Ramírez Ferrer, quien era gerente de Negocios para el mercado de “grocery” en Conagra, responsable de generar unos $30 millones en ventas anuales. Esa cifra es el equivalente al 50% de los ingresos que produce la empresa en Puerto Rico. Los otros dos gerentes de Negocios en Conagra eran varones y se dividían el restante 50% del mercado, uno manejaba el mercado de refrigerados que genera el 30% de las ventas, y el otro dirigía el de “snacks”, que produce el 20%.Ramírez Ferrer fue despedida por el gerente general Carlos Delpín el 20 de junio de 2004, debido a que “en el nuevo modelo del negocio no contaban con una posición para ofrecerle”. Pero en el Tribunal de Primera Instancia se probó que no hubo tal cambio en el modelo de negocios de Conagra. No obstante, se evidenció que la demandante recibía un trato desigual al que recibían sus colegas varones, por su negativa de compartir hasta altas horas en actividades sociales y ajenas al trabajo. Sus compañeros, según la demanda, la apodaban la “titi”, lo que la hacía sentir “fuera de grupo”.
A Ramírez Ferrer la sustituyó otro varón, quien empezó ganando un salario $15,000 más alto que el que ella devengaba al ser despedida. Esto pese a que en sus evaluaciones, ella recibió reconocimientos en dos ocasiones e incentivos monetarios, y no había en su expediente ninguna amonestación.
Frank Zorrilla, abogado de la demandante, dijo a El Nuevo Día que el Tribunal “hizo justicia en un asunto que está en controversia desde la entrada de la mujer al centro de trabajo”.
El juez Pérez Rivera concluyó que en los dos foros anteriores se demostró que la demandante fue discriminada por razón de sexo en relación a su salario y posterior despido. “No sólo el discrimen por sexo conllevó al despido de la demandante, sino que también determinó su salario”, lee la sentencia.
“El foro primario encontró después de analizar directamente toda la prueba que la demandante a pesar de ser la gerente más productiva y con mayor responsabilidad en la empresa, no recibía el salario correspondiente a su desempeño por razón de su sexo”.